Atardeceres de ensueño, arrozales infinitos, extensas playas, tranquilidad y buena gastronomía. Son algunos de los tesoros que ofrece una de las mayores joyas de nuestro ecosistema: el Delta del Ebro, localizado en la provincia de Tarragona, a una hora de la ciudad.

El río más caudaloso del país va a morir al Mar Mediterráneo, y a su paso deja una lengua triangular de arena que alberga un parque natural reserva de la biosfera de gran diversidad. Más de 7.000 hectáreas de dunas, lagunas, playas, miradores, campos de arroz e infinidad de aves son el escenario perfecto para relajarse, desconectar y disfrutar de todos los planes que ofrece la zona. ¡Te los contamos!

Extensas playas para relajarse

Sin duda, el mayor atractivo del Delta del Ebro: playas prácticamente inexploradas y kilométricas, que poco tienen que ver con las abarrotadas playas de otras zonas. Aquí, el tiempo parece detenerse, y las aguas poco profundas son ideales para viajar con niñas y niños. Una de las más características es la Playa del Fangar, por su simpático faro y sus extensas dunas.
La Playa del Trabucador también es un icono por tratarse de una lengua de mar por la que poder pasear con el agua a ambos lados. ¡Una experiencia sensacional! Desde aquí se puede contemplar una de las mejores puestas de sol, y la bahía en la que se encuentra es perfecta para las y los amantes de los deportes acuáticos. También merecen una visita la playa de Riumar, la de la Marquesa y la de los Eucaliptus, de acceso fácil con vehículo, duchas y algún chiringuito para tomarse algo.

Preciosos miradores para contemplar aves

Dentro del parque encontramos pequeñas poblaciones con deliciosas casitas blancas, como Poblenou del Delta, aunque la palma se la lleva el maravilloso entorno, que se puede contemplar desde diversos miradores. Además del paraje, los miradores son el mejor lugar para observar aves. Los más conocidos son el de la laguna de la Tancada y el de la laguna de l’Encanyissada, aunque también os podéis acercar al de Zigurat y el de Garxal.

El Delta del Ebro da cobijo a más de 300 especies de aves. Muchas de ellas hacen aquí su parada en sus migraciones hacia África. Son especialmente espectaculares los flamencos rosáceos al atardecer desde el mirador de la laguna de la Tancada, donde se reúnen por millares al final del verano. ¡Llevad prismáticos o cámaras con buenos objetivos! Os permitirán captar la que sin duda será la foto de las vacaciones.

Relajantes rutas a pie, en bici o a caballo

Si os apetece dar un paseo para explorar el parque, os recomendamos que empecéis por La Casa de Fusta, una bonita construcción típica de fachada blanca con pronunciados aleros convertida en centro de información y museo ornitológico. Sin duda, un buen punto de partida para que os informen de las rutas que podéis hacer. Al tratarse de un terreno muy plano, el Delta del Ebro es ideal para recorrer en bicicleta.

Si no habéis traído las vuestras, ¡no pasa nada! Se pueden alquilar, incluso bicis eléctricas. ¡No hay excusa! Si preferís un paseo a caballo por la playa, también existe esa posibilidad. Y, si lo vuestro son los deportes acuáticos, os esperan las lagunas para practicar un poco de kayak. Otro de los grandes planes es un crucero por el río Ebro, para disfrutar del paisaje desde otra perspectiva.

El arroz, el plato estrella

No os podéis marchar del Delta del Ebro sin comer su plato estrella: ¡el arroz! Nada como degustar este plato con vistas a los humedales en los que crece. El arroz es el cultivo principal de la zona, y el mayor protagonista, porque es el que otorga variabilidad al paisaje. En invierno, sus campos están secos mientras el cereal se repone.

Ya en primavera, aparecen anegados de agua para la plantación, que suele ser en junio. En esta época, se vuelven frescos y verdes, y es un placer ver el atardecer reflejado en sus aguas. En verano, el arroz luce en todo su esplendor, dando lugar a la siega en septiembre, cuando su color se vuelve amarillento y seco. En función de cuándo vayáis al Delta del Ebro, lo veréis de una manera u otra, dando la sensación de que se está visitando un parque sorprendentemente distinto cada vez,

Pero no solo de arroz ha vivido el Delta del Ebro. Antiguamente, esta zona era un importante punto de extracción de sal. Os recomendamos visitar MónNatura Delta del Ebro, un centro de interpretación en los terrenos de las antiguas salinas de la Tancada que ofrece visitas para niñas y niños sobre cómo se extraía este mineral.

¡No os perdáis probar una barca de perchar!


*Fotos de viajaresdescubrir, turismodeltadelebro y Google.